Cultura

1- Una de las tradiciones de Portobelo es el baile de los congos, que responde a una manifestación de los esclavos, traído del África en la época colonial. Sabemos, por datos históricos, en Portobelo se encontraba la gran negrería, lugar donde se compraban los negros para trabajos forzados. Estos eran valorados según su porte corporal y la blancura de sus dientes. El negro, a pesar del sufrimiento y el dolor que experimentaba debido a su condición de esclavo, nunca perdió el sentido de la vida y el gusto por celebrarla. Prueba de ello lo tenemos en el baile congo que hasta nuestros días se conserva.
Una de las tradiciones es el tambor de los congos durante el carnaval esta tradición data de la época de la esclavitud durante la colonia. El baile tiene un argumento en el que los personajes que representa a los congos pelean contra el diablo, quien anda suelto durante esos días. al finalizar son salvador la ” reina conga” con la ayuda del pajarito y Juan de Dios.

2- El 21 de octubre se convierte en el escenario de una de las tradiciones religiosas mas importantes de Panamá. se trata de las fiesta del cristo negro donde se congregan en el pueblo miles de peregrinos procedentes de todo el país. algunos vienen caminando desde muy lejos en pago a favores concedidos por el milagroso Nazareno, otros vienen de rodillas o cargando pesadas cruces en penitencia.

El arte culinario de la costa es algo único en el País, muy especialmente en el distrito de Portobelo en costa Arriba de Colón, podemos nombrar como algunos de sus exquisitos platos:
a) El Pulpo guisado en coco
b) Burgao (caracol) acompañado de arroz con coco y guandu
c) Pescado al Escabeche
d) Langosta, langostino
e) Centollos
f) Pescado frito con patacones (plátanos verdes fritos)
g) Mamita (puré de guineo y coco)
h) Fufu (sopa de pescado)
i) Camarones o langostinos al estilo de Portobelo
j) tamales
Como dulces pueden conseguir:
a) Enyucado
b) Duros de frutas naturales (helados artesanales de frutas)
c) Melcochas
d) bollos de maíz con coco
e) coca la reina
Bebidas:
Nada mejor que una agua de pipa (coco) bien fría.
jugo de naranja con panela
chicha de guanabana
Un 21 de octubre de 1658 llegó a las playas de la comunidad panameña de Portobelo la imagen del Cristo Negro, y desde entonces ha permanecido en el corazón de los panameños y de algunas personalidades extranjeras. El Nazareno, como se le conoce, no sólo es el santo más importante en Panamá, sino que también es conocido en amplios sectores de Latino américa. Sin duda, muchos latinoamericanos han escuchado y cantado el tema musical que “El Brujo de Borinquen” o “El Sonero Mayor”, Ismael Rivera, le dedicó al Cristo Negro.
“El Nazareno me dijo que cuidará a mis amigos, que siguiera cantando cositas lindas y bonitas para ustedes, que son mis queridos amigos”, dice el coro de esta canción que sacó al mercado entre 1974 y 1975 y que en Panamá, Puerto Rico y otros países se ha convertido en un himno.
A través de los años, al Cristo Negro le han atribuido importantes milagros. Pero tal vez el más conocido es el que hizo a Ismael Rivera. En 1975, “El Brujo de Borinquen” estaba por retirarse de su exitosa carrera musical debido a la adicción a las drogas que padecía.
En una de sus habituales visitas a Panamá, país que consideraba su segunda patria, “Maelo”, como también se le conocía, habló con su fraternal amigo Pedro Rodríguez “Sorolo” y éste le recomendó que se encomendara a un santo que en Panamá había realizado milagros increíbles. Rivera, no muy convencido, aceptó y ambos viajaron a la iglesia de San Felipe de Portobelo, ubicada en una comunidad costera en el lado Atlántico panameño, en donde el cantante pidió al Milagroso que le permitiera dejar las drogas y seguir cantando.
Antes de viajar a Panamá, los médicos que atendían a Rivera le advirtieron que su adicción era grave y que si no lograba controlarla, pronto su carrera musical habría terminado totalmente. En ese momento, el gran cantante estaba prácticamente alejado de los escenarios y su carrera iba en franco deterioro. Pero una vez se encomendó al Nazareno, su situación empezó a cambiar notablemente. La influencia del santo en la vida del cantante lo motivó a dejar las drogas y a retomar su destacada profesión.
Una vez recuperado y en cumplimiento de su promesa, “Maelo” volvió a Portobelo todos los 21 de octubre, desde 1975 hasta 1985, dos años antes de que un cáncer en la garganta acabara con su vida un 13 de mayo de 1987, a la edad de 56 años. Al retornar a la música, Rivera lanzó varias canciones que fueron éxitos, entre ellas, la dedicada al Cristo Negro, llamada “El Nazareno”.
Luis Gooding, otro de los entrañables amigos de Rivera, cuenta que “Maelo” estaba “bien hundido en el vicio” y que a su llegada a Panamá le ofreció siete años de penitencia al santo a cambio de su ayuda. La penitencia consistía en caminar desde el popular corregimiento de El Chorrillo, en la ciudad de Panamá, hasta Portobelo, travesía que duraba al menos tres días, exponiéndose al sol, la lluvia y durmiendo en el camino.
El peregrinaje de Rivera por las calles de Panamá hacia Portobelo se hizo famoso año tras año, al punto que una muchedumbre tradicionalmente lo esperaba en el camino para ir cantando con él canciones de moda hasta llegar a la Iglesia. Las procesiones del Nazareno eran entonces una verdadera fiesta popular y religiosa.
Los milagros del Cristo Negro no sólo cautivaron a Rivera, era común ver también en las procesiones de este santo a grandes soneros como Celia Cruz, Pete El Conde, Cheo Feliciano y Gilberto Santa Rosa, entre otros. ¿Podría ser considerado acaso el Cristo Negro como el santo de los soneros?, tal vez. Han pasado 13 años desde la muerte de Ismael Rivera, pero él todavía sigue pagando su manda al Cristo Negro, porque el disco que le compuso suena incesantemente en las radios panameñas cuando se acercan las fiestas del santo.
La presencia de “El Brujo de Borinquén” en Portobelo se hizo más intensa este año. ¿Por qué?, pues los seguidores del cantante y del santo decidieron hacer un busto de Rivera en la entrada de la Iglesia San Felipe de Portobelo. La escultura de “Maelo” luce en el cuello un enorme crucifijo de madera con la imagen del santo.

La escultura mide un metro con 20 centímetros, está montada sobre una base de concreto de 60 centímetros y su construcción tomó 53 días al artista panameño Armando Granja. Ahora las personas que acudan a Portobelo año tras año, podrán rendir culto a dos de sus ídolos: el Cristo Negro

El festival de Diablos y Congos que se celebraba cada 2 años y que al partir de este año se celebrara todos los años por ser patrimonio inmaterial reconocido por las naciones unidas.
Fundación de Portobelo.
Desfile del 4 de noviembre día de la bandera. con la participación de los colegios invitados de las diferentes escuelas de la provincia de Colón y del distrito de Portobelo

VESTIMENTA

Se caracterizaba por elaborarse con retazos de telas que reunían en los tiempos antaños. Los vestidos de los congos  en la época moderna están llenos de colorido, lo que representa la belleza de la naturaleza. Las mujeres utilizan una pollera de dos piezas, camisa con arandelas y un faldón hecho de retazos, se colocan flores en la cabeza y collares de cuentas. La reina, adorna su cabeza con una corona hecha de latón y espejos pequeños redondos y cintas de colores. La mujeres adornan su cabellos con flores de diferentes colores en forma de peineta. Los hombres se colocan la ropa al revés y vieja, sombrero de estopa de coco adornado con plumas, conchas, espejos, adornados con cualquier articulo que se encuentran como muñecas, sogas, canaletes etc. Se pintan la cara con carbón en símbolo de rebeldía. El rey o Juan de Dios usa una corona más pequeña que la de la reina. Las cuerdas y listones aluden a las cadenas de la esclavitud y los objetos queridos se guardan con bolsas grandes que se usaban para períodos de fuga de los españoles. Se complementa la vestimenta con sombrero cónico y bastón dando. El pajarito, pintado con carbón, usa sombrero de estopa de coco y plumas, lleva una muñeca a la espalda y suena incansablemente un pito

Los Congos de Portobelo son los descendientes de los Cimarrones, quienes han conservado los relatos de sus ancestros en una tradición viva convertida en una obra de arte.
Presenciar una danza Congo es como viajar en el tiempo, logrando fuerza y poder a medida que se aproximan a sus ancestros africanos del siglo XVII.
La danza, una mezcla de movimientos, percusión y sonidos fuertes, colores, vestidos y máscaras, mitos, magia y cantos, son una muestra ferviente de las antiguas raíces africanas que han sobrevivido a través de incontables generaciones, preservadas hasta nuestros días a través de una de las tradiciones más representativas de la provincia de Colón, donde la población es predominantemente afro.
La cultura Congo sobrevivió gracias al uso del “doble sentido” que los africanos esclavizados utilizaron como arma de resistencia. Este lenguaje les permitió comunicarse los unos con los otros mientras confundían a los españoles. Al distorsionar el significado, la realidad se tornaba ambigua convirtiendo a los africanos en maestros en el intercambio de información. La habilidad de comunicarse entre sí, sin ser descubiertos, les hacía posible planificar fugas y levantamientos, así como operar un elaborado sistema de espionaje.
Otros bailes como  el de tambor en donde las damas de mejor posición social bailaban vestidas con unas polleras blancas y flores en sus bellas cabelleras. Los caballeros se vestían todos de blanco, mostrando su gallardía y caballerosidad, baile que con el andar de los años se han dejado de  bailar.
Diablito de espejos,

la ciudad de Portobelo fue fundada el 20 de marzo de 1597 por Francisco Velarde y Mercado,​ en reemplazo de la ciudad de Nombre de Dios, ya que esta se encontraba inhabilitada por razones climatológicas. El nombre original fue San Felipe de Portobelo, en honor de Felipe II.

Entre los siglos XVI y XVIII, Portobelo fue uno de los puertos más importantes de exportación de plata de Nueva Granada, y uno de los puertos de salida de la Flota de Indias. El oro, procedente sobre todo del Perú, era trasportado en mulas a través del Camino de Cruces, en Panamá, continuando por el río Chagres mediante pequeñas embarcaciones, hasta llegar a Portobelo, en donde era embarcado hacia España.

La ciudad de Portobelo también fue famosa por sus ferias, las cuales duraban hasta cuarenta días. La primera se realizó en el año 1606 en Nombre de Dios. Más tarde fueron trasladadas a Portobelo, cuando éste se convirtió en asentamiento poblacional. La última de estas ferias se celebró en 1739.
Debido a la acumulación de mercancías y metales preciosos, Portobelo estuvo fortificada desde el principio. Por esa misma razón, fue objeto de diversos intentos de saquearla. El pirata Francis Drake murió de fiebre en la bahía de Portobelo, donde se supone que está enterrado. En 1601 fue saqueada por el bucanero William Parker y también en 1688 por el pirata Henry Morgan, al mando de una flota de barcos y 450 corsarios. El saqueo duró 14 días, durante los cuales hubo numerosos casos de violación, tortura y asesinato.

El 21 de noviembre de 1739, el puerto fue nuevamente capturado por el almirante inglés Edward Vernon. Este último saqueo dejó clara la vulnerabilidad del sistema de comercio español y provocó un cambio en este, pasando de pocas flotas compuestas por muchos barcos llevando mercancía entre unos pocos puertos a muchas flotas compuestas por pocos barcos intercambiando mercancías entre numerosos puertos. Además, se empezaron a utilizar rutas comerciales a través de Filipinas y el Cabo de Hornos, dando la vuelta a África. La economía de Portobelo se resintió, no recuperándose hasta la construcción del Canal de Panamá.

El distrito de Portobelo esta conformado por cinco corregimientos:
Portobelo
María Chiquita
Garrote
Cacique
Isla Grande